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Aunque cultivar el liderazgo es fundamental para el éxito de cualquier organización, la mayoría de las empresas no destinan los recursos adecuados para que sus colaboradores desarrollen las competencias necesarias que les permitan ejercerlo. Si la compañía no tiene empleados preparados para asumir la función de líderes, escalar un negocio es imposible.
Es fácil encontrar personas que estén dispuestas a trabajar, recibir instrucciones y ejecutar tareas, pero si una compañía no cuenta con líderes que tengan la capacidad de organizar, gestionar e inspirar a esos colaboradores, el éxito, productividad y crecimiento de la organización estará gravemente amenazado.
Para afrontar esta situación, algunas compañías contratan cursos o asesores externos para enseñarles cómo ejercer el liderazgo a sus colaboradores. Esto tiene dos grandes desventajas: en primer lugar, suele ser muy costoso.
En segunda instancia, contratar a alguien externo puede ser muy arriesgado porque si el proceso no se hace correctamente, la productividad y cultura de la organización pueden verse afectadas.
Aunque no siempre está destinado al fracaso, contratar un mentor externo no es la mejor idea para cultivar el liderazgo de una compañía. En cambio, desde nuestra experiencia podemos decir que la mejor manera de desarrollar esas competencias es haciéndolo directamente desde adentro de la propia organización.
Para explicar esto, hoy vamos a reseñar cinco formas de las que pueden valerse las organizaciones para crear programas efectivos de aprendizaje en competencias de liderazgo a un menor costo. Veamos:
Muchos colaboradores quieren avanzar en su carrera y están dispuestos a impulsar su propio aprendizaje. Hoy en día existen muchos eventos, conferencias y seminarios para mejorar las habilidades emocionales y de liderazgo. Lo único que los empleados necesitan es tiempo para asistir a ellos.
Si los eventos son de pago o requieren alguna pequeña inversión, una buena opción es apoyarlos y pedirles que cuando regresen organicen una reunión en donde puedan compartir con sus compañeros los nuevos conocimientos adquiridos y cómo aplicarlos en beneficio de la compañía.
Establecer un día a la semana en donde una persona diferente cada vez haga una presentación de 15 minutos explicando un tema del área en la que trabaja es una buena forma de compartir conocimiento, además desarrollar competencias comunicativas y de liderazgo.
Además de los 15 minutos de la presentación, destinar otros 15 para hacer preguntas, comentarios y entregar feedback al presentador puede convertir este espacio en un divertido escenario del que todos los participantes van a salir beneficiados.
Las personas que cuentan con una amplia trayectoria en la compañía acumulan una gran cantidad de conocimiento y experiencia sobre el funcionamiento de la organización que es muy valiosa para desarrollar a las personas que van a ocupar esas posiciones de liderazgo en el futuro.
Para aprovechar este valioso recurso, es aconsejable programar una reunión semanal de 30 minutos para que el mentor pueda resolver las dudas de los colaboradores. No se trata de cargarle la responsabilidad de entrenarlos, sino de hacerles un acompañamiento y guiarlos con su experiencia.
Muchos de los expertos en liderazgo usan este método para ayudarle a sus alumnos a desarrollar nuevas habilidades rápidamente. Elegir un libro al mes para que los involucrados en el programa de aprendizaje lo lean y hacer una reunión mensual de 30 minutos para discutir las conclusiones de cada lector puede ser muy valioso y refrescante para todos.
Si los libros son muy complejos o intimidan al grupo, buscar un resumen para que todos lo lean es una buena alternativa. No necesariamente deben ser libros, también pueden discutirse artículos o investigaciones que aporten valor al objetivo de cultivar el liderazgo.
Dedicar tiempo para hacer una pequeña búsqueda de personas que estén dispuestas a dar una charla en su compañía a poco o ningún costo es un valioso ejercicio que puede arrojar resultados muy positivos.
Buscar consultores que quieran ampliar sus relaciones laborales y redes de contactos o invitar a clientes y socios para que expongan sus experiencias de liderazgo propias es una buena forma de valorar su trabajo y propiciar escenarios en los que tanto oradores como oyentes se vean igualmente beneficiados.
Finalmente, y como siempre decimos, una de las cosas que mejor impulsan la motivación de los colaboradores es reconocer su esfuerzo, logros y aprendizaje. Aplaudir el éxito de las personas que ya están trabajando en sus competencias de liderazgo es la mejor forma de inspirar a aquellos que necesitan un motivo para empezar a hacerlo.
Igual que sucede con muchas iniciativas organizacionales, lo más importante de un programa de aprendizaje de liderazgo es probar, evaluar, recibir comentarios, aprender y hacer cambios rápidamente para optimizar los resultados.
Los miembros de su equipo actual son mucho más propensos a aprender y desarrollar un liderazgo de alto nivel, sólo necesitan el respaldo interno y la confianza necesaria para hacerlo. Los resultados se verán en el futuro.
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